4 de enero de 2007

Eres tu

Eres tu, la que por la noche acude a mi cabeza como un aterradoramente bello fantasma para atormentarme con la perfección de tu cuerpo, la que habita en mis fantasías y sueños por igual, pero nunca en mi cruda realidad, la que me quema el alma cuando la indiferencia se interpone entre tu y yo, entre nosotros, separados por mi miedo a decirte la verdad o porque tu interés acaba en una amistad que destruye mi ser en pedazos.

Cuándo nuestras miradas se cruzan siento que ni todo el odio del mundo podría separarnos, que esa unión de nuestros corazones mediante el cruze de nuestras miradas es más fuerte que todo lo demás, pero de pronto apartas de mi tus pensamientos y de nuevo todo el peso de la soledad cae en mis hombros con una fuerza solo comparable con el poder que el roce de tu piel produce en mi. Un roce, siempre, siempre vacío por tu parte...

Sueño despierto que tus labios bailan una danza perfecta con los mios al ritmo de los latidos de nuestros corazones enamorados, que tus ojos me miran en lo más profundo y como un niño asustado me pongo a temblar por la emoción. Pero una vez más son todo sueños, sueños de una mente resignada a aceptar el hecho de que entre nosotros solo existe amistad, y que se enagña a si misma para no caer en la oscuridad y la desesperación que ya es mi hábitat natural.

Eres tu, la que siempre es mia cuando duermo, pero que se escapa como agua entre los dedos a medida que despierto.