16 de noviembre de 2006

Sentir.

Deseaba sentarme a la orilla del mar, sentir como la arena se entrelazaba entre mis pies a la vez que mis manos se entrelazaban con las tuyas, deseaba sentir el agua fría del mar en contraste con el calor de tu ser contra mi piel, deseaba sentir el suave toque del sol filtrado a través de tu pelo, deseaba sentir el fluir del viento mezclado con tus manos paseando sobre mí.


Deseaba sentarme al abrigo de un árbol, sentir el frescor de la hierba a la vez que oía el frescor de tu sonrisa, deseaba sentir el olor de la tierra húmeda a la vez que escuchaba la calidez de tu voz, deseaba sentir el vaivén de la sombra de las hojas mientras contemplaba la inmensidad de tus ojos, deseaba que el pasar del tiempo ralentizado por el momento simplemente se detuviese.


Te pedí que me pidieras, necesité que me necesitaras, pero nada de ello quisiste, masacraste mi imperfección, dejaste de lado mi ilusión y el nosotros se convirtió en tú, a la vez que en yo. Jugué con los sueños, jugué con la ilusión y por jugar demasiado el juego me destruyó. Fue quizás un juego de azar, en el que creía que con trabajo podría ganar, pero como siempre te dije: el que algo quiere algo arriesga.


Si por mi fuera te habría enseñado la humildad de mi persona y la inmensidad del mundo; la insignificancia del ayer, la importancia del ahora y la magnitud del mañana. Jamás comprendiste lo que significabas, nunca fuiste capaz de entender el valor que tenías, jamás comprendiste que lo que yo quería era vivir. Mas ahora comprendo que para vivir, no puedo arriesgar mi vida.

1 comentario:

Izem dijo...

Muy buen Blog, para recapacitar. Me alegra que aun hoy hayan personas minimalistas que aprecian las cosas abstractas o subjetivas como son los pensamientos y los fondos de las cosas, asi como la música. Suerte